Sólo flores?
La weed, marihuana, cannabis, etc., como le conocemos, proviene de una planta: Cannabis Sativa L. Se considera de las plantas más antiguas que la humanidad ha cultivado y explotado, con orígenes en Asia Central; actualmente Mongolia, Kazakhstan y Siberia, hacia el pleistoceno, millones de años atrás. [1]




Por naturaleza, esta planta es rica en cannabinoides. Existen más de 100 diferentes y cada uno puede tener efectos distintos. El THC, por ejemplo, es el más conocido actualmente por sus efectos psicoactivos. Sin embargo, el CBD, CBC y CBG, no psicoactivos, presentan propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y neuroprotectoras, por nombrar solo un par. [2] [3] Es por esto que, múltiples etnias, comunidades y naciones le han empleado, existiendo registros desde Egipto en 2350 AC, hasta India en 1800. [4] [3] En cuanto estos entran en contacto con nuestro sistema endocannabinoide dichos efectos se liberan. [3] [5]

¿Endocannabinoide?
El sistema endocannabinoide incluye toda una red compleja de endocannabinoides, receptores y encimas distribuidos en el organismo, cuya función es la biosintetización y degradación de endocannabinoides. Estas resultan interactuando con la inhibición o segregación de neurotransmisores, impactando neurológica y fisiológicamente. Algunas funciones que pueden ser estimuladas son reproductivas, inmune y gastrointestinal. [6]
Entonces... Todo es sobre los cannabinoides?
Si bien es cierto, los cannabinoides juegan un papel crucial en el organismo, existen otros componentes de forma natural en la planta; como terpenos, flavonoides y flavonas que también generan, mejoran o interactúan de forma diferente con los cannabinoides en el organismo. [2]

Ok, terpenos, flavonoides y flavonas...
Contrario a los cannabinoides, los terpenos son más comunes en el reino vegetal. Son responsables del aroma particular y único del cannabis. El mirceno, por ejemplo, se encuentra ampliamente en la hierba de limón o limoncillo y posee entre otras, propiedades analgésicas, antiinflamatorias y anti mutagénicas. Otros presentes son el limoneno; en cáscaras de cítricos, ampliamente estudiado y pineno; en la resina del pino. [2]
Respecto a los flavonoides, se han registrado más de 20 en ésta planta y pueden, por ejemplo, modular la farmacocinesis del THC mediante mecanismos que comparte con el CBD. La apigenina, es una flavona presente en el cannabis, es también el agente ansiolítico primario encontrado en la manzanilla, como representación de éste grupo.[2]



¿Psicoactivo o no pscicoactivo?
Bueno, es cierto que existe una notoria distinción entre cannabis psicoactivo y no-psicoactivo. Sin embargo, no debemos falsamente creer que es igual a decir recreativo y medicinal. En un ejemplo claro, el THC, psicoactivo, posee también altas propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antioxidantes y se usa para combatir nausea y vomito producto de quimioterapias contra el cáncer o caquexia en pacientes con VIH. [2] [3]
Y recuerda !
Los efectos del cannabis pueden percibirse o manifestarse de forma diferente dependiendo del individuo. Por lo que tu sepa, concentración y ratio ideal, no necesariamente es el mismo que el de tus amigos. Entonces, a iniciar tu viaje experimental en busca de tu weed ideal!
Si quieres saber más, puedes empezar por acá:
[5] W. H. O. “Cannabidiol (CBD),” Expert Committee on Drug Dependence Thirty-ninth Meeting, 2017.